Desde que tengo memoria, no hay una sola vez que haya caminado por esta ciudad, entrado en sus librerías, leído en sus cafés, que no me haya sentido vivo y lúcido, con ganas de escribir. Con ánimo de contar. Y eso, que siempre fue importante para mí, lo es más ahora, cuando los años, las cosas y los libros que dejaste atrás podrían entibiarte el ánimo.