Ningún político conoce la realidad de una pyme y menos de una gran compañía. No son conscientes de que cada vez que llega el veintimuchos de cada mes, lo primero que le toca a una empresa, o a un Autónomo, es pagar a tocateja a la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS). Haya cobrado o no, tenga pagos en el horizonte o no, retrasos con clientes o lo que sea. Clinc clinc. No hay posibilidad de eludirlo: si no se paga, se embargan las cuentas en tiempo récord. Y después nóminas. Lo que pesan, madre mía.