Ni 5 millones de parados, ni la deuda pública en máximos históricos, ni Podemos y su auditoria de la deuda, ni la lacra de la corrupción, ni la amenaza del conflicto abierto en Cataluña y ni un presidente que gobierna detrás de un televisor de plasma. Nada ni nadie puede con Mario Draghi, el es el señor de los anillos, y unas palabras suyas bastan, de momento, para dominarlos a todos.