Dina Gottlieb lleva décadas reclamando que le den los retratos que los nazis le hicieron pintar en el campo de concentración.Había pintado decenas de retratos de judíos, homosexuales y gitanos, muchos bajo la supervisión del propio Mengele, que procuraba resaltar los rasgos genéticos de los modelos para poder afinar en su estudio. Dina recordaba en particular a una gitana joven, casi una adolescente. «Uno mira esa pintura y ve angustia, dolor y miseria. Yo tuve que transmitir eso».