Todas las constituciones son un producto de su tiempo. Aunque hablamos de una ley fundamental como algo abstracto, en un conjunto de leyes que ordenan el sistema político y las reglas del juego, sus redactores no son ángeles omniscientes. Todo padre de la patria tiene, por un lado, una serie de intereses y sesgos de clase, raza, y cultura, porque nadie deja de ser quien es cuando se pone el gorro de padre fundador. Segundo, y más importante, siempre están trabajando con información limitada, tanto sobre qué diseños (...)