Las movilizaciones han demostrado que es posible una irrupción en paralelo de dos sectores diferentes pero que comparten intereses: el precariado procedente de la clase media, presente en Nuit Debout, y la clase obrera tradicional. Si hay un país asociado a la “tradición de los oprimidos” de la que hablaba Walter Benjamin, ese es Francia. Desde la Revolución Francesa hasta Mayo del 68, pasando por la Comuna de París o por la Resistencia Antifascista, Francia ha sido el escenario de la disputa política por excelencia.