También conocidos como osos de agua o lechones de musgo, los tardígrados son criaturas microscópicas que viven en el agua, de entre 0,5 mm y 1 mm de longitud, que se asemejan a una bolsa de aspiradora arrugada con ocho patas.
Ahora se ha descubierto otro mecanismo protector que parece ayudar a los tardígrados a hacer frente a la luz ultravioleta potencialmente letal, una sustancia fluorescente que absorbe dicha radiación y, posteriormente, libera energía en forma de luz azul.