Khalil tenía sólo seis años cuando abandonó Siria. En ese entonces, la devastadora guerra civil que azotaba su país estaba en un punto álgido y los enfrentamientos eran diarios. Vivía en la provincia de Homs, en el oeste de Siria, con su padre taxista, su madre y dos hermanas menores.Homs, la tercera ciudad más grande de Siria, donde vivían 1,5 millones de personas antes del conflicto, había sido un campo de batalla clave en el levantamiento contra el presidente Bashar al-Assad después de que sus residentes siguieran el llamado para derrocarlo