La que fuera secretaria general del Grupo Parlamentario echa la vista atrás y dice no arrepentirse «lo más mínimo», pero reconoce que el camino ha sido duro. «No le deseo a nadie el último año que he pasado». En ese tiempo, Olona volvió a ejercer como abogada del Estado y se presentó a las elecciones generales sin lograr escaño. «Me he equivocado mucho, he tomado decisiones muy poco acertadas», hace autocrítica. Pero vuelve a la carga, incombustible. «Soy muy consciente de que he perdido la batalla del relato, pero aún queda la guerra».