“Hola, mi nombre es Draco. He pegado carteles por Salceda porque necesito vuestra ayuda… mis dueños ya no saben qué hacer y he decidido echarles una mano”. Así comienza la llamada de auxilio de Draco, un perro de tamaño medio, que busca un lugar donde vivir. “Ni se nos pasa por la cabeza abandonarlo”, dice su dueña, Beatriz Dacosta, que lleva tres meses intentando encontrar una pequeña finca de alquiler en Salceda para mantener a Draco, que, luego de 5 años, se ha convertido en un miembro más de la familia.