Gianfranco Formenton, cura en Umbria, región del centro de Italia, predica desde hace mucho contra el racismo y en defensa de los migrantes. Formenton sabe lo que es chocar con Matteo Salvini, el recién nombrado ministro de Interior y líder de la Liga, la formación de extrema derecha. Cosimo Scordato, sacerdote en la iglesia de San Franceso, en Ballarò, un barrio de Palermo y hogar de muchos inmigrantes recién llegados a Sicilia, compara la utilización de Salvini de la imaginería religiosa con la que también hacían los jefes de la mafia.