La prisión, llamada coloquialmente como el Alcatraz de las Rocallosas, se construyó como una institución a prueba de escapes. Se trata de una fortaleza penal donde los reclusos pasan veintitrés horas al día dentro de sus celdas con un contacto humano mínimo y solo una ventana de 90 centímetros de alto y 10 centímetros de ancho. “Este lugar no fue diseñado para los seres humanos”, declaró una vez Robert Hood, un excelador, a The New York Times. “No está diseñado para la rehabilitación. Punto. Fin de la historia”
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