El ser humano duerme una media de treinta años de su vida. Ahí es nada. Se trata de una necesidad fisiológica, pero no siempre lo hacemos de una forma correcta. Acostarnos en una postura que no es beneficiosa para nuestro cuerpo puede provocar que al día siguiente nos despertemos con la sensación de que no hemos descansado nada y, aún por encima, con alguna molestia articular o muscular.
|
etiquetas: dormir , posturas