"¡Y ésta si que no será artista!" Su madre ya había sufrido mucho al ver trabajar en el circo a sus 18 hijos. Entonces, en esos momentos, deseó que su última niña fuera modista o partera. Cualquier cosa menos artista. Sin embargo, el tiempo pone las cosas en su sitio. Los pequeños milagros de la vida le llevaron a desafiar las leyes de la gravedad, a pelear con el riesgo, a ser la primera trapecista del mundo. Hace 29 años que murió parte de su alma, la noche que también lo hizo el circo Price.Pero los sentimientos, el olor a serrín mojado...
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