González es minero viejo, una categoría improbable en Bolivia. A los cincuenta y nueve años no le queda ningún compañero de su edad. Él está vivo, dice, porque nunca fue codicioso. Nunca trabajó temporadas largas. Nunca veinticuatreó. Es decir: nunca hizo turnos de veinticuatro horas bajo tierra.
|
etiquetas: bolivia , potosí , reportaje