Encarnación, de 72 años, se enfrenta a un juicio por usar una azada y un hierro para hacer ruido en una protesta de preferentistas hace dos años en O Rosa, Pontevedra. La acusan de desórdenes públicos y de usar objetos contudentes, y piden 100 euros de multa. Se ha sentado en el banquillo junto a otros tres jubilados. Ella asegura que cogió lo que tenía a mano en su casa, que no tenía dinero para una trompeta
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