El bueno de Mora llegó a este mundo en mayo de 1586. Lo hizo en Cuenca, que allá por el último tercio del siglo XVI gozaba de una muy buena salud demográfica gracias a sus industrias textiles y papelera. Era el segundo de una prole de cinco hermanos y sus padres eran Juan Gómez (excelente pintor) y Francisca de Mora, la cual pertenecía a una saga de arquitectos con una más que merecida fama.
|
etiquetas: historia , arquitectura , juan gómez de mora