Este ganadero se había puesto en contacto con el Gobierno de Aragón con el fin de reclamar las indemnizaciones oportunas por la desaparición de parte de su rebaño, unas 100 cabezas de ganado ovino, que según el ganadero habrían desaparecido a causa de la presencia del oso. Asimismo, el Servicio Provincial tuvo que intervenir para llevar al matadero a otras 330 ovejas que por sus malas condiciones sanitarias debían de ser sacrificadas. El departamento también estudia denunciar el caso ante la fiscalía por un caso de maltrato animal.
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