El caso del ciudadano hispano-ruso Pablo González está lejos de haberse cerrado, la fiscalía polaca mantiene abierta la acusación de espionaje basada en material proporcionado por la Inteligencia ucraniana. En caso de que se abra la instrucción, tendría difícil volver a España porque se arriesgaría a ser extraditado a Polonia. Ahora se ha conocido que el juicio se habría demorado porque a los pocos meses de su encarcelamiento comenzaron negociaciones para intercambiarlo por colaboradores de los servicios secretos polacos encarcelados en Rusia.
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