En esas horas, tras enterrar a los marinos muertos en combate, Langsdorff había sido informado que el gobierno uruguayo le daba un plazo de permanencia de 72 horas que vencía a las 8 de la mañana del domingo. Al regresar al Graf Spee, a altas horas de la noche, Langsdorff comenzó a dar órdenes a los jefes de las distintas secciones para preparar la voladura del navío. Previamente, se quemaron documentos secretos, volaron la computadora de tiro con granadas de mano y las culatas de los cañones se lanzaron al mar.
|
etiquetas: graf spee , nazis , kriegsmarine , argentina