Ni son tantas, ni todas las propagan robots. Sin embargo, la cantidad de ruido en la información digital hace crecer las noticias falsas casi personalizadas. Es difícil distinguirlas. E incluso así, está demostrado que nos gusta compartir lo llamativo, aun sabiendo que es mentira. La analítica y la inteligencia artificial son las bazas para quienes inyectan contenidos con ciertos intereses dentro la conversación cibernética
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