En distintas iglesias evangélicas brasileños continúan los cultos en persona donde, pese a medidas adoptadas para guardar distancia entre los fieles y darles gel desinfectante a la entrada, se observan hasta 3.000 asistentes a un mismo templo en plena cuarentena. "Creen que Dios puede resolverlo", señaló Mariz. "La idea es que 'Dios provee todo' y no precisas hacer aislamiento".
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