Empezando por lo estrictamente organizativo, los locales se quejan de la poca afluencia de público, y de que los precios en los sitios oficiales de la UCI son excesivos. Encima, que no les dejan publicitar el pequeño comercio local, muy activo porque Harrogate es una ciudad turística. Tanto, que muchos negocios han optado por cerrar porque el Mundial es un perjuicio y no un beneficio. Así funciona este negocio, muy rediticio para la UCI, pero no tanto para los organizadores.
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