Los agentes rastrearon del paraje y encontraron dos cabezas de corzo ocultas entre las ramas de un enebro y en un arroyo el cadáver de un gato montés, especie protegida para la caza, al que habían extraído la cola. Se registró el vehículo y se localizaron pertrechos usados en la caza a rececho de este animal: unos prismáticos, un telescopio, un telémetro y tres cuchillos con resto de sangre.
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