Seguimos a la espera de respuesta, mis empleados y yo, a la espera de algún euro en la cuenta bancaria. Y las líneas ICO. Una inmensidad de millones para "que nadie se quede atrás". El banco me lo deniega con jerga y justificaciones de otro tiempo, de otra crisis. Me ofrezco a que me avalen el 20% que no cubre la garantía del Estado. Parece que tampoco. La crisis del 2008 me llevó al paro. Este domingo el COVID-19 ya se llevó a Fernando, mi padre. No permita que se lleve, también, mi futuro y el de las familias de mis empleados.
|
etiquetas: hostelera , pontevedra , carta , covid-19 , futuro , empleados