Los investigadores del IREC han documentado en un estudio que se trata de un potente anticarcinógeno en casos graves de cáncer cerebral y creen que podría ser útil en otros tumores. La cuerna de los ciervos es una estructura única porque cae y se regenera cada año, y debido a ello crece más rápido que el cáncer. Esto coloca al ciervo en un riesgo elevado de que las células de la cuerna se salgan fuera de control y deriven en cánceres, por lo que los ciervos han desarrollado genes supresores de tumores para controlar que ese crecimiento anormal.
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Es pronto aún, pero promete