Estados Unidos está girando el foco de su maquinaria sancionadora hacia el gas natural licuado (GNL) de Rusia. Es una mala noticia para España, que ha elevado a los rusos a un rol de suministrador dominante desde que estalló la guerra en Ucrania en febrero de 2022, por cierto, en dirección contraria a las recomendaciones de Bruselas. Entre bambalinas, Moncloa y operadores energéticos han gestado una mutación en el suministro en apenas dos años que da vértigo.
|
etiquetas: gas natural , rusia , importaciones