Aunque no los veamos a simple vista, los hongos filamentosos o mohos están en todas partes. Cuando almacenamos los alimentos en condiciones inadecuadas, empiezan a crecer sobre ellos y algunos pueden producir micotoxinas, unos compuestos que afectan gravemente la salud humana y animal.
El acto tan cotidiano de quitar la parte enmohecida y comer el resto no es para nada aconsejable. Las micotoxinas, debido a su pequeño tamaño, se pueden difundir por todo el alimento, aunque parezca sano.
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Seguro que si miras otros parámetros, como la temperatura, el color de piel etc, también cambia, y no tiene nada que ver con la fruta.
que pena.
Sabes que el arroz contiene arsenico? también hay estudios que dicen que el arsénico es malo (y con razon) pero la cantidad de arroz que hay que consumir para que los niveles de arsénico sean minimamente preocupantes, es bestial.
Cuanta fruta pocha dices que hay que comer al día?
El principio de precaución, en este caso es una medida desproporcionada. Pero tu sigue tirando fruta por un par de manchas.
De hecho, como pone en el artículo "grandes cantidades de micotoxina" lo que confirma algo parecido al tema del arroz.
Texto: La aparición de estos síntomas agudos se relaciona con la ingesta de grandes cantidades de micotoxinas. Esto es poco frecuente y solo se ha detectado en países en vías de desarrollo donde las condiciones higiénicas de los alimentos pueden ser muy pobres.
Las aflatoxinas (AF) son metabolitos secundarios tóxicos principalmente de los hongos Aspergillus flavus y A. parasiticus, son potentes mutágenos y cancerígenos de alimentos y la exposición del hombre a ellas es continuo. Las AF se ligan al ADN, ARN y proteínas formando aductos AFB1-ADN que se acumulan por años y dañan desde los virus hasta el hombre. Es importante identificar y cuantificar estos aductos como biomarcadores de largo tiempo de riesgo de enfermedad, ya que originan mutaciones y cáncer, y están validados en animales y humanos
www.elsevier.es/es-revista-tip-revista-especializada-ciencias-quimico-
Pero puedes seguir comiendo fruta con moho.
Comerte un melocotón que tiene un poco de moho en una esquina (quitando esa esquina) cada semana, ni se entera tu organismo.
Lo mismo si que pasa factura.