El Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, preside hoy, mediante Real Decreto, la Delegación española que asiste con carácter oficial a la canonización de la monja María Purísima de la Cruz. Si Fernández Díaz hubiese viajado a Roma solo como persona devota y supernumerario del Opus Dei, no habría nada que objetar, pero como miembro del Gobierno de España resulta indigerible
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