A nadie se le debería escapar que Jerusalén es, a la postre y tristemente, un campo de batalla, o por le menos la causa de él. Pero a escala industrial, al nivel de “me monto un país ahí con tres años de servicio militar obligatorio”. Una base militar, vamos. Con bares, pubs y tolerancia con la sexualidad para poder erigirse portavoces del mundo libre, contra el Islam.
¿Por qué tan denodados esfuerzos durante décadas? Bueno, por varios motivos, pero la conclusión inevitable es que la razón fundamental es Jerusalén.
La ciudad santa, tierra sagrada, qué irónico que le toque ver tanta sangre derramada, ¿no les parece?
Y lo es (“sagrada”), por varios motivos, pero a mi juicio dos:
Según la tradición hebrea es donde se depositó el arca de la alianza, para algunos prueba fehaciente del pacto su pueblo con dios, hace como tres mil años. Bueno, uno se lo puede creer o no creer. Pero al parecer algunos sí se lo toman muy en serio, así que al final da un poco igual lo que uno mismo piense.
Eso es el antiguo testamento. (¿Lees la biblia, Brett?)
El nuevo testamento es más “divertido” aún, pero uno no puede dejar de reparar en la “coincidencia”. Por allí apareció Jesús, como mil años después, predicando paz y amor, no sin justicia, y acabó clavado a un palo.
Por ahí va lo que se conoce como nuevo testamento. Para el Islam Jesús fue un profeta, para el cristianismo tiene usted entelequias teológicas para todos los gustos y para los hebreos, cuyo poder del momento fue quien lo clavó en la cruz, pues vaya usted a saber.
Últimamente algunos dicen que ni existió. Y mira que se dedicaron a hacer una iglesia en cada puto pueblo. Igual precisamente por eso. Todos sabemos bien el papel que ha jugado la iglesia a lo largo de los siglos. Como todas y cada una de las organizaciones humanas. Qué raro, ¿cuál será el denominador común? Algo falla ahí.
La voluntad de poder, de enriquecerse, codicia, gula, lujuria, etc, etc. Los pecados capitales de siempre, no hay más. Y decía que, independientemente de lo que uno decida creer o no, es importante lo que los demás crean. Porque no decide uno si va a haber unas cruzadas hacia tierra santa… ¿para qué?
Bueno, sin duda alguien sabría algo y se creería algunos viejos cuentos cuando lo que se rumorea es que la orden de los caballeros templarios, custodios del templo tras imponerse sobre el terreno, algo se llevaron de allí a su vuelta.
Qué se llevaron es uno de esos misterios muy posiblemente rodeados de la confusión, la desinformación y la mentira. Una de esas cosas que hace exclusivas las sociedades secretas que a la postre controlan el mundo para su amo.
Hay una línea que habla del grial, Himmler parece que la siguió hasta Montserrat en persona. No sé si sí o sí no, pero no es la que me interesa ahora. Puede que se llevaran más de una cosa, probablemente se llevaron todo lo que no se vieran obligados a dejar. Dicen que si hay aún pirámides en Egipto es porque pesaban demasiado para llevarlas al Inglaterra. Y seguramente tener que ampliar tanto el museo británico hubiera sido de mal gusto, podrían tener sombra en Buckinham Palace a la hora del té.
La línea que me interesa tiene que ver con las carabelas de Colón, con esa enorme cruz roja sobre fondo blanco que todos hemos visto alguna vez. Y seguramente no en las columnas de algunos templos egipcios, donde también está inscrita en piedra. Y es probable que incluso nos recuerde demasiado a la cruz de hierro negra con la que los nazis se ataviaron en la segunda guerra mundial, está en infinidad de sitios, condecoraciones, etc. También la esvástica es un símbolo milenario que ha cobrado un significado muy distinto tras los acontecimientos del siglo XX y la explicación que se les ha dado. Por dado, me refiero dar, a las masas. Pero eso ya se ha comentado en el artículo anterior:
www.meneame.net/m/Los12monos/conspiracion-judeo-masonica
Decía que me interesa esta línea porque al parecer los nativos de las américas reconocían el símbolo, no sólo los vikingos se habrían adelantado a Colón.
Y es que, muy posiblemente lo que los templarios hallaron en el templo fuera un mapa mundi, quizás incluso un globo terráqueo. Y eso explicaría la existencia de mapas que dibujan los contornos de la Antártida sin hielo antes de ser un continente helado, aunque sin duda podría no ser la única fuente.
¿Ah, que no se ha enterado usted de que hubo un diluvio? Pues a mí que me cuenta, lea usted la biblia, hoygan. No en vano es el best-seller por antonomasia y algo tendrá el agua cuando la bendicen.
Luego, el huevo de Colón es famoso, pero tampoco tantos huevos, que tampoco son pocos, lo que tenía era un mapa. O por lo menos cierta información que puso a disposición de sus gentiles patrocinadores. Y lo que le debió costar que le hicieran ni puto caso.
Tanto que debió pensar: mejor vamos a las indias por el otro lado que como les venga con lo del nuevo mundo me mandan a galeras. O quizás ésa sólo fue la versión que se le dio al público. Pero más que un mapa mundi debió ser un globo, si no hay gente que no ata cabos. Y eso habiendo medido la tierra Eratóstenes con un palo dos mil años antes.
Pero lo interesante ya no es lo que los templarios pudieran haberse llevado del susodicho templo, (al parecer el arca de la alianza también se habría perdido), lo interesante es para qué siguen aún hoy, bajo otros rostros y otros nombres, los herederos de esa información, intentando volver.
Y ése, señores, es el conflicto de Palestina. Tierra sagrada, empapada de sangre. Por la avaricia, el orgullo, la soberbia, etc, etc… los pecados capitales, no hay más.
¿Qué es entonces lo que se dejaron los templarios, como para construir un proyecto de generaciones para expulsar a los locales, llamado Israel, de sus, “coincidentemente”, lugares sagrados?
Por supuesto que he escuchado rumores, no quiere decir eso que lo pueda afirmar con certeza, pero sí tengo algo bastante claro: sea lo que sea, si seguía allí cuando se fueron los templarios, debe ser más grande que un arca. O quien sabe, tal vez hay que tener un conocimiento previo para por acceder a ciertos lugares… y a ciertas verdades.
Verdades muy simples que a veces se ocultan a simple vista. En otro orden de cosas, la administración estadounidense va invertir 500 mi...500 bi… va a invertir un montón de ceros con un 5 delante en el “Stargate Project”. Dicen que es para IA. Y yo digo: ya. ¿Joder, ni siquiera se han molestado en cambiarle el nombre? Oculto a simple vista. ¿Son o no son unos genios del mal? Bueno, quizás no tanto si te lo estoy contando.
Aquí es cuando piensas: debo ser yo que hoy no me he tomado la pastillita, abuelo, el inistón. O lo que sea. Más que nada porque esa película ya la he visto, se llama Stargate y se estrenó en 1994.
Luego vas a ver fechas y la guerra de Irak fue el 1991, los últimos rumores sobre la segunda guerra de Irak (si vuelven es porque se dejan algo) mencionaban el descubrimiento de la tumba del tal Gilgamesh, un tipo al que en la mitología sumeria se le ha representado con un león por mascota. Cosas muy locas, gigantes como en la biblia y diluvio como en la biblia, estando a tiro de piedra. Yo que sé, casualidades. Como que a uno le dé por contar estas cosas y; vaya usted a saber lo que le pueda pasar. Ese tipo de casualidades. Como poco que se vuelva loco si es que no lo estaba ya.
Recuerdo el nombre de una pomposa conferencia sobre historia patrocinado por algún banco, ¿quién si no? , se llama: “la historia empieza en Sumeria”, o algo así. Y eso es lo que se enseña en la universidades, supongo. Y, bajo cierto punto de vista, Darth Vader mató a Annakin Skywalker, todo el mundo lo sabe. Todo el mundo sabe que ese punto de vista se acerca demasiado a una mentira. Ésa es la gran mentira, la verdad oculta que mueve los hilos de la geopolítica del mundo.
Porque al final, combustibles fósiles, se pueden encontrar en muchas partes, se pueden implementar alternativas. Pero ante un objeto realmente único y que suponga potencialmente un ventaja tecnológica estratégica, y léase aquí estratégico en el sentido que se aplica a los arsenales nucleares, los napoleones de turno pierden la cabeza.
Y son capaces de mandarte a ti y a mí a morir a un frente por algo que ni siquiera están en condiciones de gestionar. Sin embargo lo hacen y a espaldas del mundo. Y en nombre, si no del mundo, por lo menos de sus respectivos países a los que mantienen en la más absoluta inopia: Tout pour le peuple, rien par le peuple.
De hecho hasta se incentiva el completo desinterés por tales asuntos: ¿leer la biblia? Pon telecinco, que echan supervivientes. Oiga, tampoco les extrañe que no se enteren ustedes de una puta mierda. Al final, mira por donde, paradojas del destino, hemos acabado por encontrar las “armas de destrucción masiva” de Irak. Aunque sin duda nada tiene que ver con lo que EEUU le explicó a la ONU.
Hace ya algún tiempo escribí otro artículo llamado “la importancia de Crimea”. La paridad del título no responde a la falta de creatividad. De hecho me lleva incluso a preguntarme qué están haciendo exactamente en Suiza. Pero a estas alturas de la película, viendo como nos han contado la realidad, o al menos parte de ella en nuestras propias pantallas bajo la rúbrica de la ficción, que es la mejor manera de colapsar un “hashtag” (busque usted stargate y ya verá qué aparece, por supuesto), supongo que se me permitirá algún dislate.
Sin embargo hace poco me topé con un video que argumentaba concienzudamente a favor de la desclasificación del Proyecto Stargate: por supuesto, respecto a la serie de ficción. ¿O no?
youtu.be/QSzTnbFJpYM?si=dw5RiZr0rd-SnGPY
Sea como fuere, habiendo llegado hasta aquí uno podría pensar que el autor es un irresponsable: o bien por plantear hechos “sin fundamento” como la realidad o bien por pensar que estaría dando al traste con un proyecto de décadas. O revelándolo sin ninguna autorización, como uno no requiere autorización de nadie para exponer sus propios hallazgos y conclusiones.
En el primer caso, que cada uno piense lo que quiera, es demasiado fácil tomar lo expuesto como una locura infame. El problema es que encaja como el mecanismo de un reloj. Y apostaría incluso por un reloj suizo. Pero es lo que llevan haciendo décadas, amén de otras prácticas, y parece que se les da bien ese terreno.
En el segundo caso, todos aquellos que creen que es el fin el que justifica los medios, que sepan que son los medios los que justifican el fin. Eso es lo que dicta la ética, definida como el respeto por el sufrimiento, propio y ajeno. Y que sirve para garantizar la coexistencia. Más allá de eso, sólo existe el abismo por el que estamos empezando a caer. No quieren cruzar ustedes ese horizonte de sucesos. Así como no quieren, seguramente, otro diluvio. O en realidad es el abismo por el que llevamos cayendo más tiempo del que la memoria de nuestra historia abarca y que quieren hacernos creer que empieza en Sumeria.
No parece haber momento más oportuno para desclasificar lo que se ha ocultado por demasiado tiempo y resolver las diferencias mediante el diálogo, por más que parezca que la verdad vaya a poner cabezabajo el mundo no lo va a dejar en más que en lo que en realidad ya es. Y quizás en mejor posición. Y cuidado con esos meteoritos, dicen que extinguen dinosaurios. Aunque a la vista de lo expuesto, quién puede ya creer nada. ¿Ése va a ser su legado?
Ni siquiera conocía la noticia, pero es que no falla:
www.larazon.es/tecnologia/cientifica-suiza-afirma-que-cern-hay-portal-
No es complicado, no hay tantos lugares donde camuflar un consumo masivo de energía. Quizás a nadie le importe un loco o un muerto más, pero seguramente ya sean demasiados. Claro que es difícil saber ya qué creerse y que no, tal vez ni siquiera tengamos que preocuparnos demasiado, a este ritmo:
x.com/Unexplained2020/status/1824434888113574154
¿Cómo dijo Assange? The truth will always win. ¿Cómo dijo Snowden? Truth is coming and it cannot be stopped. Ambos dijeron verdad.
El problema con la humanidad es que nunca se sabe, bien podría ser una maniobra para desviar fondos para cualquier otra locura. Cuando pensamos en la idea del gran filtro solemos pensar en las galaxias, la energía, algo relacionado con el cielo estrellado del cosmos. Lo cierto es que no hace falta ir tan lejos, y viendo las recurrentes extinciones masivas en nuestro planeta podemos pensar en un filtro mucho más próximo. Que podría ser tan cercano y cotidiano como la capacidad, o no, de escapar de nuestras propias mentiras. No son las armas nucleares las que nos destruirán, Sun Tzu bien sabía que el engaño es el arma más peligrosa.
Es una prueba moral. Funciona casi como mecanismo de seguridad. Sin los cimientos apropiados el edificio no puede sostenerse. La opción de competir en lugar de colaborar se cancela a sí misma, no puede prosperar. Es el dilema del prisionero de Nash: sin duda se puede afirmar que unos ganan y otros pierden, en la situación del equilibrio que lleva su nombre. Pero lo cierto es que ese “ganador” jamás puede lograr alcanzar el mayor resultado colectivo, que vendría a ser el óptimo de Pareto. No es una idea nueva: y los mansos heredarán la tierra. Mientras el error de desmorona como en Babel.
Hay un camino señalado. Avisos por todo el mundo a lo largo de la historia. No hay más ciego que el que no quiere ver. La verdad está ahí para cualquiera con el valor de hallarla y aquí sí, querer es poder. Mientras el mundo no entienda esto seguirá abocado a su propia destrucción.
Ése es el tipo de fe que se requiere. Fe en el prójimo. En que no será tan imbécil de pinchar la pelota, o quedársela para él, que al final es lo mismo: termina pinchada. (Toda la complejidad de las relaciones humanas a nivel global y todas sus dinámicas geopolíticas no contienen más factores de los que se puedan observar en el patio de un colegio. Tan sencillo como eso, y tan complicado.)
Y ésa es la fuerza que reside en la fe, la de saber que en realidad no hay otro camino posible y que la colaboración está destinada inexorablemente a prevalecer ante la competición. Amaos los unos a los otros. Igual fuimos al colegio pero nuestra comprensión lectora no ha terminado de refinarse nunca.
De eso va al final todo esto que llamamos vida, supongo: de comprender.
Quizás por eso pensamos que la vida no tiene sentido, porque no hemos comprendido nada.