La polémica a raíz del nuevo empleo, que ya no será, de Alberto Garzón me ha hecho darle vueltas a un par de cosas algo más trascendentes. Más aún viendo los minutos que han dedicado en Canal Red a comentar el caso.
Uno hubiera esperado que explicaran con claridad lo que es una puerta giratoria (y lo que no) pero en lugar de eso se han dedicado a rememorar la memoria de Anguita, al que ya sólo nos falta canonizar. Y eso que hablamos de un caballero que, tal vez precisamente por su ética y honestidad, digamos que tuvo unos éxitos políticos más bien discretos. Lamentablemente en este mundo el mero hecho de tener razón no parece servir de mucho.
Sucede que, en el aspecto ético, ante la figura de Julio, es difícil hallar a quien no palidezca. Y esa es precisamente la comparación que han planteado bajo el titular "Garzón y las puertas giratorias".
No han comentado sin embargo que el señor Anguita, además de volver a su empleo de maestro, que es lo que fue toda la vida incluso estando en política, jamás vivió en un chalet con piscina de Galapagar, por ejemplo. Y si la lógica es que cada uno hubiera de volver a su antiguo empleo tras la actividad política, cosa que como regla general es un absurdo, me temo que la hipoteca de Pablo e Irene no se paga con una nómina de profesor de universidad y del Mercadona.
Pero hablemos más claro todavía, siendo la opción inicial de Garzón más encomiable éticamente o menos, lo que no tiene sentido es negar que todo hijo de vecino pueda beneficiarse de su experiencia profesional y de las relaciones establecidas a lo largo de su carrera. Con los límites legales del tráfico de influencias y similares y los límites éticos de lo que sí son puertas giratorias. Y lo demás ya son opciones personales, todas ellas criticables a buen seguro, menos la de Julio seguramente, que sería casi un santo. Aunque seguro que en algún periódico escribió.
No recuerdo en que película escuché la afirmación tajante de que "uno se vende desde que le pagan un sueldo". Y desde cierto punto de vista así es, pero me temo que desde ese enfoque de máximos lo que nos queda es la pobreza. Y aprovecho para recordar que las aproximaciones a la política desde la izquierda, provienen de una tradición de poner en el eje central del debate las condiciones materiales de las personas. Se es de izquierdas porque se quiera que no exista pobreza a través de una distribución justa de la riqueza, no porque nadie tenga vocación de pobre, justo al revés.
Así que entendámoslo bien, la idea de cierta parquedad y austeridad (no de la que hablaba Merkel), antes de la opulencia, la frivolidad y el consumismo, no tiene nada que ver con la pobreza. Todo lo contrario, la pobreza es contraria a la dignidad humana. Y parece que algunos no encuentren ninguna distinción de grados entre esos dos extremos. Que uno no quiera ser pobre no implica que quiera ser rico. Eso dijo Chávez en un discurso, que no querían ser ricos, y algunos de cierta izquierda caviar aún se cachondeaban hasta hace poco. Cuando entiendan que para que haya pobres ha de haber ricos y viceversa tal vez vean esas palabras de otra manera.
La verdad es que seguro que a muchos nos gustaría oír lo que Julio tendría tendría que decir sobre esta polémica, pero la verdad es que no es un debate ideológico. No parece que la consultora de marras que se han montado 4 ex-políticos tenga una relevancia excesiva comparada con los casos que acuñaron el término de "puertas giratorias", las grandes eléctricas. Por más publirreportaje que les hayan hecho en Canal Red como si estuvieran dictando leyes. Y decía que el debate aquí no es ideológico porque está claro que apesta a otra cosa y me temo que tiene que ver con la coyuntura actual de la izquierda. Huele a ajuste de cuentas.
Porque lo cierto es que de otra manera no se sostiene el tono de la crítica, bastante más duro que el de Pablo Iglesias en el escrito de ayer al respecto. Que tal vez tampoco es una autoridad para hablar de decoro, pero bueno. Incluso en el peor de los casos, vamos a poner que esas grandes empresas que sí obtienen favores son las que nutren a esta otra más discreta de la que nadie había oído hablar hasta ayer. Que fuera una puerta giratoria con "pasillo" de por medio, extremo que estaría por contrastar. Igual que los favores que se le estarían remunerando a Garzón, hay implícita una acusación grave.
Como no midamos bien, hasta se podría alegar que trabajar para Mercadona, con notables vínculos con el PP, implica una conducta similar. Y es que el drama del obrero es siempre tener que trabajar para quien tiene el dinero.
Seguro que hay salidas más y menos limpias pero meter en el mismo saco todo sin miramientos es similar a cuando se afirma que "todos los políticos son iguales".
Y ya no es por este caso de Garzón en concreto, que si al final ha renunciado también tendrá sus motivos, los que ha expuesto si no más, el problema es que la tendencia general pasa por cogérsela cada vez más con papel de fumar en muchos temas, ser más papista que el papa, e ir hacia una línea de lo woke que es perfecta para no hacer absolutamente nada porque todo ofende a alguien. Y chistes, menos.
Igual es verdad eso de que con la edad nos vamos haciendo más conservadores. Siempre me he considerado, y aún lo hago, antimilitarista y pacifista. Hoy, con algo más de perspectiva y conocimiento, parece difícil en términos geopolíticos no apoyar una independencia militar de la UE respecto a EEUU, lo que paradójicamente implica más gasto en defensa. Y repito que me sigo considerando antimilitarista y pacifista, pero lo que intento no ser es ciego.
Como ciego hay que estar para no ver que lo de Garzón tiene más que ver con todo el follón que hay con Sumar que con la salida en sí misma. Al final el addagio reza algo así como que "hay enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido". Como la dinámica de confrontaciones intestinas sea ésta nos lo vamos a encontrar en las próximas elecciones, lo están haciendo los dos muy mal, unos por no saber ganar y otros por no saber perder. O eso o es que igual me estoy haciendo viejo y ya no soy tan de izquierdas, y "en principio", no parece tan descabellado que un político trabaje en un despacho en su campo de experiencia y formación, a falta de conocer los detalles. En fin, lástima no tener a Anguita para ver que opina de esto. A ver qué dice Monedero.
¿Qué? ¿No sabes quién es la madre del sapo? Sapota madre.