Pequeña cronología del personaje de Agnès de Chastillon, protagonista de una saga en la que el orden de lectura juega un papel especialmente relevante.

Carpe Jugulum es la vigesimotercera novela del Mundodisco y la última del “ciclo de las brujas”. Constituye un alegato en contra de los fanatismos, de la eugenesia, y es a la vez una defensa de la maternidad y del tema tan prattchiano de la responsabilidad. A pesar de reírse de los convencionalismos vampíricos, a la trama se le ve un tanto el cartón-piedra.

Los lectores de ciencia ficción empatizan menos con los personajes porque están más pendientes de entender los términos, la historia y el mundo que les rodea que las complejidades de los protagonistas. Así se desprende de un un artículo publicado por los profesores de la Universidad de Washington en la revista Scientific Study of Literature y que recoge The Guardian.

Michael Whelan es uno de los ilustradores del realismo imaginativo más importante a nivel mundial. Durante 40 años, ha creado portadas de libros y discos de autores y músicos como Isaac Asimov, Stephen King, Ray Bradbury, Brandon Sanderson, los Jacksons y MeatLoaf.

Los dúos protagonistas son uno de los recursos con más posibilidades en la literatura. Permiten al autor jugar con los caracteres contrapuestos —ya hablamos sobre ello cuando reseñamos La armadura de la luz, por ejemplo—, con diferentes puntos de vista que pueden estar basados en la edad, la experiencia o el género, y por supuesto presentar situaciones cómicas. En pocas palabras, suelen ofrecernos historias de lo más disfrutable. En esta línea tenemos una serie que, además, presenta un universo mucho más fresco de lo habitual.

La próxima novela de la autora es del género de lo maravilloso, donde el mundo y sus habitantes no tienen nada que ver con el nuestro. La vida en el planeta donde transcurre su historia ni siquiera está basada en el carbono. Por tanto, debe usar la imaginación y la lógica para no patinar en la trama y, con más motivo, en los detalles que le dan consistencia al mundo como, por ejemplo, qué comen, de qué viven e, incluso, si tienen algún tipo de atributo que les dé pudor enseñar.