En Estados Unidos, la norma es dar propina del 20% de la factura a los hosteleros, repartidores, taxistas, peluqueros y otros empleados del sector servicios. No hay una obligación legal, sino la presión social de solidarizarse con trabajadores que malvivirían si solo dependieran de su sueldo, de presumir ante quienes dan menos o para evitar un mal servicio en el futuro. En Europa, esta obligación nos resulta extraña, pues aquí se entregan excepcionalmente, no como norma. Sin embargo, la costumbre surgió en el viejo continente.