A principios del siglo XVI, españoles y portugueses mantenían una competencia por el comercio mundial y con un mismo destino: las Indias Orientales y el reino de la China. Mientras los españoles expandían su imperio colonial en el oeste, los portugueses navegaban por las costas africanas y del océano Índico. Finalmente, los portugueses alcanzarían su tan ansiado destino: la China de los Ming o El Gran Ming. En este escenario apareció un importante teórico y misionero español, Juan González de Mendoza.
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