Una sociedad dispersa y desorientada, sentimental y dúctil, reacciona contradictoriamente reforzando la identidad de grupo, aunque sea a costa de apoyar medidas que pueden ir en contra de algunos de sus valores primigenios. Tenemos sobrados ejemplos en la actualidad: el auge nacionalista, la masificación de los populismos —incluso hasta la presidencia de Estados Unidos—, el extremismo animalista —donde se busca equiparar personas y animales— o la conspiranoia en sus diferentes formatos —terraplanismo, antivacunas—.
|
etiquetas: síndrome , woody allen , víctima , libros , conspiranoia , antivacunas