Como apasionado de la cartografía, fue amargo descubrir que hoy en día la superficie del planeta está perfectamente dibujada gracias a los avanzados instrumentos tecnológicos de los que disponemos, principalmente los satélites espaciales. Me hubiese gustado vivir la era de los descubrimientos, donde aún quedaban regiones inexploradas, esperando a ser plasmadas en un mapa. Pero parece ser que estaba equivocado. Y cuánto me alegro.