Durante once años, Tim Miller (director de Deadpool y Terminator: destino oscuro) y David Fincher (Seven, El club de la lucha, Zodiac) mantuvieron más de un centenar de reuniones para tratar de perfilar su proyecto soñado, facturar un remake del film de culto Heavy Metal de 1981. El plan era ambicioso: construir una película compuesta por ocho o nueve historias animadas diferentes que respetarían el tono adulto y gamberro de Heavy Metal, relatos que serían dirigidos por directores con renombre como Guillermo del Toro, James Cameron, Zack Snyder