La rapiña de los nacionalistas llega también a los pueblos más recónditos. Pueblos que no conocen la luz eléctrica, ni han visto jamás un automóvil, ahora lo conocen ya. Aparecen los falangistas armados con fusiles y pistolas, con las insignias monárquicas y las cinco flechas mortíferas de las que cuelgan cristos y medallas. Llegan en los coches requisados o usurpados, si sus dueños fueron hombres liberales o de izquierda, a estos lugares inexplorados, para arrancar a los campesinos un saco de patatas, un puñado de judías, un montón de maíz ...

En ella, este profesor de secundaria —famoso por ser el divulgador histórico detrás del canal de Youtube La cuna de Halicarnaso— cuenta la historia de Lali, una joven sevillana que va a ejercer por primera vez su vocación y profesión de maestra en un pequeño pueblo de la sierra de Cádiz en la primavera de 1936.

Compartimos desde el Ayuntamiento de Puerto de la Cruz el documental 'La represión franquista en Puerto de la Cruz: una mirada al pasado reciente’, producido con el apoyo del Cabildo de Tenerife, para dar a conocer la realidad local del municipio y del norte de la isla para entender los procesos históricos asociados a la Segunda República, la Guerra Civil y el franquismo, además de ofrecer testimonios de expertos y familiares sobre la represión sufrida en Puerto de la Cruz.

Es ese rótulo al que se ha agarrado como un clavo ardiendo el abogado de Fiona Harvey (la "Martha real" de la serie) en su demanda de 170 millones contra Netflix por supuesta negligencia y difamaciones a su cliente al mostrarla como una acosadora en la serie. No está claro que tengan las de ganar, sus declaraciones tanto aquí como en televisión (Piers Morgan pensó que era buena idea entrevistar a una posible acosadora en su programa de prime time) están siendo erráticas y Netflix ha defendido el derecho de Gadd a contar la historia.

Amazon lo vuelve ha hacer en Prime video y te estafa de nuevo. Ahora se enfrentan a una demanda por usar la IA para doblar a los actores con sus voces originales y sin permiso de éstos.

El Foro por la Memoria insta a la Diputación a revocar los acuerdos adoptados en 1936 en tributo a los cargos públicos y a los 48 empleados represaliados de la institución

En 1936, Vicente Rojo y Emilio Alamán, amigos y compañeros de la promoción de 1911, se encontraron en bandos opuestos de la Guerra Civil Española. A pesar de la traición del ejército africano, Rojo, que rechazó unirse a la conspiración, visitó el Alcázar de Toledo, donde Moscardó le pidió que intercediera por sus compañeros, marcando un momento emblemático de la división y lealtad entre soldados.