Los pobres se levantan antes que los ricos para ir a trabajar, y estos últimos disfrutan de una vida más cómoda que, entre otras ventajas, les permite evitar las congestiones del tráfico. Estas evidencias sociales cuentan con su primera prueba del nueve científica en el estudio “Los ricos no madrugan”, en el que un grupo de investigadores de la universidad de Zaragoza ha analizado los flujos de movilidad de los habitantes de varias ciudades colombianas como Bogotá, Medellín, Manizales, Cali y Tunja.