Al Palacio Real de Madrid llegó la carta de una lavandera francesa, que suplicaba la ayuda del Rey de España para localizar a su esposo desaparecido durante la batalla de Charleroi el 28 de agosto de 1914. Alfonso XIII, decidido a ayudar a aquella mujer, se puso manos a la obra, y tras movilizar a las embajadas del Reino de España en las ciudades de París y Berlin, logró localizar al hombre, que se encontraba prisionero en Alemania, e intermedió para que las autoridades le permitieran escribir a su esposa. De su puño y letra, el Rey respondió..