Los años finales del siglo XVIII fueron excitantes en lo que a la idea de volar se refiere. Las posibilidades de los aerostatos, esto es, naves capaces de volar gracias al uso de “bolsas” de gases con menor densidad que aire, estaban cada vez más claras. [...] En 1792 se realizaron en Segovia algunas experiencias pioneras para el uso de los aerostatos en el mundo militar. La “fiebre” por los globos se transmitió al arte, se pintaron cuadros acerca de escenas de vuelo en globo, se publicaron todo tipo de opúsculos y ensayos.