Es sorprendente la seguridad con la que muchas personas afirman la existencia histórica de Jesús. No sólo creyentes, sino también agnósticos y ateos que tienen la creencia asumida sin haberse parado a pensar mucho en ello. Es lo que se da en clase de religión, lo que se asume muchas veces en los debates sobre el tema, y podríamos decir que es la postura por defecto. Por eso os propongo un ejercicio de pensamiento crítico: vamos a recopilar y a analizar toda la evidencia disponible y, después, a tratar de emitir un juicio informado.