Los mensajes se lanzarán en catalán, castellano, inglés y francés con el objetivo de llegar también a turistas y se distribuirán a través de audios en el metro y a través de 26.000 folletos, 6.100 carteles o, incluso, 28.000 postales de agradecimiento en los 60.000 establecimientos activos que hay en Barcelona. “La obligación que tiene un ayuntamiento democrático es hacer cumplir las normas”, por lo que no se permitirá convivir con “una situación de incumplimiento reiterado de la normativa”, sostiene Collboni.