En los últimos año cada vez más se etiqueta de hiperactividad a una variedad de problemas que coinciden en que el niño no para quieto.La historia es siempre parecida: todo empieza hacia los seis o siete años, el niño no va bien en el cole, no aprueba ni el recreo, la profesora no se hace con él, es cierto que en casa también daba problemas, pero todo se dispara cuando aparecen los temidos suspensos y la amenaza de repetir curso..