En el año 2005, tras tomar una dosis excesiva de somníferos, Isabelle Dinoire cayó al suelo y se golpeó contra un mueble de su casa. Un año y medio después comentaba en esta entrevista lo sucedido después: “Al despertarme, algo comatosa, cogí un cigarrillo para deslizarlo, con un gesto automático, entre mis labios. Era imposible. Se caía. No había nada que lo sostuviese. Sin entender nada me dirigí al espejo del baño. Y lo que vi reflejado era irreal. Dinoire fue la primera trasplantada de cara en todo el mundo.