La Revolución pasó, pero el mortal invento de Antoine Louis, creado para dar la misma muerte a los condenados de toda condición, permaneció hasta 1977 en Francia. La guillotina surgió en el seno de la Asamblea Nacional, la misma que declaró la abolición de los derechos feudales y aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Pero no nació como un instrumento de justicia revolucionaria sino de garantía de igualdad ante la ley. Hasta entonces, la desigualdad social llegaba hasta el cadalso.