Esta medida, aunque desmesurada, no pilla por sorpresa a nadie. De hecho, ya era difícil que libros de cuentos de Japón o de Corea del Sur fueran publicados en el país. Durante los últimos años China ha luchado por evitar la influencia cultural extranjera, una tendencia que se intensificó con la llegada de Xi Jinping al poder en 2012. El dirigente dijo en su día que las universidades chinas debían convertirse en bastiones del partido comunista, una idea que fue apoyada por el ministro de Educación, Yuan Guiren, que advirtió...