Si había una ciudad en la Antigüedad que albergaba todos los placeres, lujos y diversiones que la humanidad pudo crear hasta ese momento, sin duda era Roma. Como todas las grandes urbes tenía su lado oscuro, sin duda, pero para un soldado prestigioso, cercano al emperador, privilegiado y con su bolsa siempre llena las posibilidades eran inimaginables para disfrutar de todo ello sin esforzarse demasiado