Por un lado tenemos el Real Madrid, una institución politizada donde un cargo electo sin conocimientos técnicos especializados se entromete constantemente en el proceso de toma de decisiones del equipo. Por otro tenemos el FC Barcelona, un club donde sus dirigentes dejan que el entrenador y la secretaría técnica decidan sobre altas, bajas y fichajes, sin intervenir más allá de reemplazarles cuando las cosas no salen del todo bien o buscarles substituto cuando se van. El segundo modelo ha resultado ser más efectivo (...) por motivos obvios.