Yo situaría a Patria más en el plano de la literatura de consumo, que en el de la calidad que se le supondría a un libro que aspira a ser la Gran Novela de cualquier ámbito. Por poner algunos ejemplos comparativos, referidos a tragedias históricas de gran calado: si habláramos de la literatura acerca de la esclavitud afroamericana, Patria no sería Beloved, de Toni Morrison, sino Raíces, de Alex Haley; si nos refiriéramos al Holocausto, no sería Si esto es un hombre, de Primo Levi, sino El niño con el pijama de rayas, de John Boyne.